Capítulo 2: qué carajo es un hecho social


éste me está tocando el orto, se cree que soy pelotuda? cherry se da vuelta con toda la furia de una leona, saca los dientes y prepara el escupitajo. graciadió, el instinto animal corre por sus venas rápido, pero más lento que su racionalidad -todavía. cuando vió que detrás de ella la babosa patriarcal no era tal, que era una vieja paqueta con cartera de cocodrilo, y que avanzaba cual topadora, a los codazos, para bajar en tribunales, se contuvo. el escupitajo en el cocodrilo hubiera causado gran revuelo, qué bueno que se calmó. quiero llegar a casa, no aguanto, no aguanto... respira hondo, tararea una canción, y casi sin darse cuenta, ahí está de nuevo.
- aaaaaaaaaaaaaaaahh
- maría! qué hacés?
- ayudame
- pero te estás lastimando! dejame a mí
ajá. cherry tiró todo en el piso, su mochila, su campera, su paraguas y sus auriculares -será que siempre tuvo alma de guardavidas, ella (?)- y auxilió. hasta que no pudo más.
-no puedo maría, perdón
todojunto acude a la escena, cual guardavidas de la playa de al lado, pero en pijamas. Interrumpe la charla tan amorosa que estaba teniendo en la cocina con toto, y corre como si los huevos duros se le estuvieran pasando. me atrevería a decir que tenía casi entrenada esa corridita. toto se queda mirando el rescate absorto, con el mate en una mano y la medialuna en la otra.

en la biblioteca de la casa los libros están mezclados. alguna vez supieron estar ordenados por género, pero la avidez lectora de las habitantas y de algún que otro visitante de la casa, hicieron que pronto tomaran cualquier lugar en cualquier estante, y que ya a nadie le molestara. digamos que no perturba la neurosis obsesivo-compulsiva de cherry, ni la de todojunto, y mucho menos la de maría.
pero hay tres libros que han permanecido juntos los dos años. ay de ellos, que de tan iguales son uno solo. jamás se separaron, aún cuando cambiaron de estante: *las reglas del método sociológico*. ¿sociólogas en la casa? ni una sola.

la revelación: en el living, en el patio o en el baño, la depilación es siempre uno de esos momentos colectivos de la casa donde tod*s l*s habitantes se involucran. incluso pueblo, que desde la escalera observa prefiriendo esta vez tomar distancia y no ser el centro de la escena -por cierto, no quedaría muy lindo depilado. no hay dudas de que que la depilación constituía un caso típico de "hecho social total", coercitivo, externo y general (Durkheim, 1895:25). nada mejor que toto, que desde la cocina participa -a su manera- del hecho, para dar su testimonio. pero qué pena que no pueda hacerlo, ya que sólo se atreve a emitir algún sonido como ah, uh o ay, quizás alguna palabra suelta cuidado, pobre, pero nunca un conjunto de palabras articuladas. quizás sea pedir demasiado, dadas las circunstancias, claro.

maría, cherry y todojunto pueden sin embargo superar pronto la situación traumática, y una vez que logran arrancar la cera que le quedaba a maría detrás de la rodilla, retoman alguna que otra preocupación del momento. che, que le respondo al indeseable? las personas "especiales" -en el sentido más amplio de lo que por "especial" pueda entenderse- tenían en la casa apodos: la infame, el zángano, el indeseable, el estocker, el skater, el goma, el pesado. ah, y no nos olvidemos de toto, claro.
- pará. dejame pensar... 
maría siempre dijo que debería trabajar en redactar mensajes de amor que no parezcan de amor, pero que tengan un efecto como si verdaderamente lo fueran, de manera que la víctima caiga en las redes, digo en la trampa, digo que más bien no dude ni un segundo de que ha encontrado a la mujer de sus sueños, y de que no hay nada más importante que responderle ese mensaje de vuelta, de la manera más tierna posible. pero últimamente, también se estaba especializando en escribir canciones combativas, usando palabras malas. oh, cómo nos gustan tus canciones criatura. para mandar a alguien a la mierda maría usaba toda su poesía, todojunto toda su sensatez y ternura y cherry, su rabia más visceral:
- listo, le puse enviar.
- qué le pusiste al final?
- que se meta nuestro amor en lo más profundo del orto. y que feliz navidad.


*las reglas del método sociológico* fue siempre quizás alguna más de una vez el libro de cabecera para rendir un parcial, para preparar una clase, para explicar la depilación, la tocada de culo del subte o la composición colectiva de los mensajes "de amor". y una noche, para fundamentar la fundación de un frente de liberación...

3 comentarios:

  1. nunca me había imaginado que la cotidianeidá se podía volver puesía.
    maravilla :)

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  2. què bueno que alguien me cubriò en mi franco de navidad, ahora ya sè que mensaje voy a mandar el 24 de diciembre.

    estos capìtulos seràn impresos y pegados junto a las fotos del album de al rio la casa :) yeah.

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